En Alemania la cuestión del "derecho de asilo" polariza la posición de los partidos políticos ya establecidos (CDU-CSU, SPD, Grünen, FDP, Die Linken); y, sobre todo, sustenta en buena parte la aparición del nuevo partido "Alternative für Deutschland" (AfD) [Alternativa para Alemania]. La crisis de los refugiados, que vienen sobre todo desde Siria con el objetivo de encontrar asilo en Alemania, ha sido el detonante de todo ello.
El escritor alemán Daniel Kehlmann muestra en un artículo la preocupación en Alemania respecto de la llegada de emigrantes y la impresión de que hay un aumento de la conflictividad en algunos barrios con la llegada de los mismos, al tiempo que se añade la intranquilidad por la espera de atentados terroristas, a la vista de los de Paris y Bruselas. Kehlmann expresa la idea de que la Canciller Merkel ha abandonado el pragmatismo político por un humanitarismo espoleado tal vez por el recuerdo del holocausto, que parece estar poniendo en riesgo la estabilidad social y política de Alemania. Menciona como ejemplo el caso de un mismo alemán que se siente orgulloso de la apertura de Merkel, al tiempo que la odia por la desestabilización social que conlleva.
Desde ese punto de vista, el historiador Heinrich August Winkler analiza en otro artículo la crisis de los asilados en Alemania y concluye que la Canciller Merkel se ha equivocado con la decisión unilateral de la apertura humanitaria de Alemania al margen de la Unión Europea. Merkel actúa, viene a decir Winkler, como si pensara que hasta ahora Alemania había sido lo peor en conducta moral pero que ha llegado el momento de demostrar que ahora Alemania es la mejor defensora de los derechos humanos, dando al resto una lección moral: Alemania se abre a los refugiados, mientras el resto de países cierran fronteras.
Winkler precisa que la Constitución alemana de 1949, enormemente abierta a los refugiados políticos puesto que se pensaba en lo sucedido durante el nazismo, había ya sido modificada en 1993 para endurecer la política de asilo dada la gran afluencia de refugiados provenientes del desaparecido bloque comunista. Así, mientras que en 1949 el texto contitucional decía sin más que "los perseguidos políticos disfrutan del derecho de asilo" (Art. 16.2), en 1993 se cambió el texto para sustitir dicha frase por un nuevo artículo 16a que limita radicalmente el derecho de asilo, el cual ya no podrá ser invocado por quien llegue a Alemania procedente de otro país de la Unión Europea o de un "tercer Estado seguro". Es a la luz de este aspecto constitucional alemán desde el que hay que interpretar la presente derivación de inmigrantes desde Grecia hacia Turquía, incluído el acuerdo UE-Turquía. Alemania no puede legalmente aceptar refugiados políticos provenientes de un país de la UE, y tampoco si se considerara a Turquía como país seguro.
Winkler considera que, en la presente crisis de los refugiados, Merkel no debería haber jugado a tener el monopolio del modelo de conducta moral sino que debería haberse orientado por reglas de conducta de una ética de la responsabilidad europea.
La Canciller Merkel ha optado por la apertura, con el reciente espaldarazo del Presidente Obama. Lo que diversos analistas consideran es que la posición de Merkel genera cierta desestabilización/preocupación social en Alemania, y que el ascenso del AfD podría poner en riesgo la mencionada política de apertura hacia los refugiados. En 2017 hay previstas elecciones de ámbito federal.
La Canciller Merkel ha optado por la apertura, con el reciente espaldarazo del Presidente Obama. Lo que diversos analistas consideran es que la posición de Merkel genera cierta desestabilización/preocupación social en Alemania, y que el ascenso del AfD podría poner en riesgo la mencionada política de apertura hacia los refugiados. En 2017 hay previstas elecciones de ámbito federal.