Mark Schieritz defiende la tesis de que para Alemania es una buena inversión ayudar a los países europeos, no ya como acto de solidaridad, sino para defender sus propios intereses económicos.
Compara lo que ocurrió en la crisis económica de 1929 con lo que se hizo en la de 2008 y con lo que se debería hacer en la presente crisis económica causada por la pandemia Covid-19. Recuerda que en 1929, con el crash de la bolsa, el PIB alemán cayó un 6,7%. El Estado alemán optó por aumentar impuestos y reducir gastos. No podía ser bueno, se pensó, combatir las deudas con más deudas. Las consecuencias son conocidas. En pocos años los nazis llegaron al poder.
Ahora se prevé que en 2020 el PIB alemán caiga un 6,3%. Una cifra similar a aquella, pero la historia no tiene por qué repetirse puesto que el futuro no está predeterminado sino que es políticamente influenciable. De hecho, a diferencia de 1929, Alemania ya ha lanzado una lluvia de millones de euros y el Banco Central Europeo (BCE) inunda los mercados con dinero.
Ante la pregunta de si eso funcionará, cree que eso no depende sólo de Alemania sino también de lo que ocurra en los países europeos, clientes de sus empresas exportadoras. Ahora bien, lo que le parece claro es que si no hay ayuda, se caerá en una espiral de crisis como en los años 30 con desagradables consecuencias políticas. Por eso le parece que "[...] es mejor gastar un euro de más, que un euro de menos. Ante la duda, la ayuda es una buena inversión."
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