Nos encontramos sumidos en una crisis que empezó siendo financiera y ahora es económica. Veremos si llega a ser una crisis social. En cualquier caso, no deberíamos olvidar que justo antes del estallido de la crisis financiera estabamos sumidos en otro tipo de crisis: el crecimiento intenso de los precios de los carburantes provenientes de energías fósiles. No cabe ninguna duda de que si la crisis financiera y económica se resuelve, entonces volverá al primer plano la de las energías fósiles.
Por eso son relevantes los desarrollos tecnológicos que impulsen el cambio a un modelo energético que permita una menor dependencia de las energías fósiles y que, al mismo tiempo, sean energías con el mínimo impacto medioambiental.
La noticia publicada hoy viernes 26/06/2009 tanto en El País como en el Neue Zürcher Zeitung es una excelente señal en la buena dirección. “En noviembre de 2003 no teníamos socios, dinero ni equipo”, dice André Borschberg, que colabora con el piloto suizo Bertrand Picard en el proyecto de crear un avión que vuele día y noche alimentado con energía solar. Ahora tienen muchos socios de alto nivel: Solvay, Omega, Deutsche Bank. “Ayer era un sueño, hoy es un avión, y mañana será un embajador para un uso responsable de nuestros recursos.” En la actualidad el aparato está terminado, antes del fin de 2009 se espera realizar las primeras pruebas de vuelo. Con 22 metros y una envergadura de 63 metros, pesa 1600 kg. Pretenden en algunos años volar alrededor del mundo en sólo cinco etapas y con motores alimentados con energía solar.
Por cierto, la web de Solar Impulse está presidida por la siguiente sentencia de Jules Verne:
“Todo lo que es imposible queda por realizar”
Por eso son relevantes los desarrollos tecnológicos que impulsen el cambio a un modelo energético que permita una menor dependencia de las energías fósiles y que, al mismo tiempo, sean energías con el mínimo impacto medioambiental.
La noticia publicada hoy viernes 26/06/2009 tanto en El País como en el Neue Zürcher Zeitung es una excelente señal en la buena dirección. “En noviembre de 2003 no teníamos socios, dinero ni equipo”, dice André Borschberg, que colabora con el piloto suizo Bertrand Picard en el proyecto de crear un avión que vuele día y noche alimentado con energía solar. Ahora tienen muchos socios de alto nivel: Solvay, Omega, Deutsche Bank. “Ayer era un sueño, hoy es un avión, y mañana será un embajador para un uso responsable de nuestros recursos.” En la actualidad el aparato está terminado, antes del fin de 2009 se espera realizar las primeras pruebas de vuelo. Con 22 metros y una envergadura de 63 metros, pesa 1600 kg. Pretenden en algunos años volar alrededor del mundo en sólo cinco etapas y con motores alimentados con energía solar.
Por cierto, la web de Solar Impulse está presidida por la siguiente sentencia de Jules Verne:
“Todo lo que es imposible queda por realizar”
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