Sergio C. Fanjul repasa la idea de optimismo que ha dominado los últimos años y pone de manifiesto que, en contra de lo que a la inmensa mayoría de mortales les parecía, también el optimismo tiene su lado inconveniente. Cita un par de ejemplos:
La escritora Barbara Ehrenreich describió cómo al enfermar de cáncer se encontró con estupor ante el sofisma optimista dominante de que lo fundamental era la lucha de uno mismo contra la enfermedad. Lógicamente ella dedujo que si no vencía al cáncer era porque no había luchado lo suficiente, con lo que no sólo era la víctima, sino también la culpable.
En el ámbito laboral también domina el optimismo, y el investigador Edgar Cabanas señala que "el pensamiento positivo crea ciudadanos dóciles, menos críticos. Identifica a los empleados con los valores de la empresa. Se aumenta la productividad al menor coste posible, y se lubrica la salida de los trabajadores de las empresas."
Ehrenreich (Sonríe o muere: la trampa del pensamiento positivo) va más lejos y reconoce el hilo conductor del optimismo en el origen y desarrollo de la actual crisis económica. Es la creencia en la idea de que, por más desmanes que cometamos, el crecimiento continuará progresivamente.
El antídoto contra los males del optimismo no sería el pesimismo, sino el pensamiento crítico y el realismo, que el optimismo considera consustanciales del pesimismo.
Fanjul, Sergio C. "El lado negativo del optimismo". El País, 10/09/2011, Salud, página 4.
La escritora Barbara Ehrenreich describió cómo al enfermar de cáncer se encontró con estupor ante el sofisma optimista dominante de que lo fundamental era la lucha de uno mismo contra la enfermedad. Lógicamente ella dedujo que si no vencía al cáncer era porque no había luchado lo suficiente, con lo que no sólo era la víctima, sino también la culpable.
En el ámbito laboral también domina el optimismo, y el investigador Edgar Cabanas señala que "el pensamiento positivo crea ciudadanos dóciles, menos críticos. Identifica a los empleados con los valores de la empresa. Se aumenta la productividad al menor coste posible, y se lubrica la salida de los trabajadores de las empresas."
Ehrenreich (Sonríe o muere: la trampa del pensamiento positivo) va más lejos y reconoce el hilo conductor del optimismo en el origen y desarrollo de la actual crisis económica. Es la creencia en la idea de que, por más desmanes que cometamos, el crecimiento continuará progresivamente.
El antídoto contra los males del optimismo no sería el pesimismo, sino el pensamiento crítico y el realismo, que el optimismo considera consustanciales del pesimismo.
Fanjul, Sergio C. "El lado negativo del optimismo". El País, 10/09/2011, Salud, página 4.
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