Santos Juliá interviene en el debate acerca de si son los políticos o son los tecnócratas los que deben gobernar. Platón defendía la idea de que la ciudad sólo estaría bien gobernada cuando gobernaran los que saben. Para Platón éstos debían ser los filósofos y Juliá los llama profesionales; los cuales han alcanzado el poder político especialmente en los países del sur de Europa, con ocasión de la crisis. Platón también pensaba que era la solución para la crisis que vivía la Atenas de su tiempo. Lo que no cree Juliá es que esta llegada de los profesionales a la política sea un estado de excepción, o un resto del franquismo, como parecía pensar Ignacio Sotelo. De hecho, lo anómalo en España es que los políticos habían invadido otros espacios (sociedad civil, mundo judicial, mundo de la comunicación, sistema financiero) con consecuencias nada favorables. La cuestión es, según Juliá, "que los políticos se conduzcan, cuando de ingresos y gastos públicos se trata, como auténticos profesionales." No se trata de reclamar más política y menos mercado (el capitalismo y la globalización están aquí para quedarse), sino que para reparar el sistema, señala, no sobrarán los profesionales, ni tampoco los políticos que no se dejen embaucar por los mercados.
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