José Luis Pardo considera que, lejos de aquella opción por el pragmatismo con el que la socialdemocracia europea enterró al idealismo, ahora es su rival político quien invoca el realismo contraponiéndolo a una izquierda ilusionista que en España ha querido vivir por encima de sus posibilidades, aunque bien es cierto que el ilusionismo no ha sido patrimonio exclusivo de la izquierda. Sin embargo, cree que es mejor referirse a la condición actual como la de un neorrealismo semejante al de aquel niño que camina por entre las ruinas empobrecidas de Alemania, año cero. Sostiene que el realismo al que se refieren es en realidad un idealismo dogmático, para quien el Estado es una ilusión que sólo funciona si el crédito fluye, doctrina que parecen compartir tanto la derecha ascética como la socialdemocracia resignada a esperar nuevos ilusionismos. Concluye que todo parece apuntar a un "nuevo realismo" dadaísta, como el de Yves Klein, que mucho antes de aquellos aeropuertos sin aviones, "hacía cuadros sin pintura, libros sin palabras o canciones sin música."
Pardo, José Luis. El País, 17/02/2012. Opinión, página 31.
Pardo, José Luis. El País, 17/02/2012. Opinión, página 31.
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