El historiador de la Economía y profesor Jordi Maluquer analiza lo que ha ocurrido en España recientemente. Extraemos a continuación algunas de sus tesis más relevantes.
No se trata de una crisis mundial, ni de una recesión, sino de la tercera gran depresión en España (y probablemente de Latinoeuropa). La primera en 1881-1896, la segunda en 1929-1939 y la tercera desde 2007.
Los últimos 15 años no se ha hecho otra cosa que cantar las maravillas de España, pero ha sido un crecimiento ficticio. Aunque aumentara el PIB, el crecimiento del PIB por habitante apenas superaba al de la UE15 hasta 2004, y estaba por debajo desde 2004. Pero además, aquel crecimiento era menor que la ayuda que se recibía de la UE (Alemania y otros europeos del norte), nada menos que un 1% anual entre 1996 y 2006: la mayor operación de solidaridad de la historia, más que el Plan Marshall.
¿Qué se hizo con esa ayuda? Infraestructuras inútiles y excesos que condujeron a la explosión de una burbuja inmobiliaria que estamos lejos de digerir. Pese a las ayudas se deterioró la productividad relativa UE27 hasta 2005, y ahora ha mejorado sólo porque ha empeorado la europea; y ni siquiera se tiene ancho de vía europea para facilitar exportaciones.
El Gobierno de Zapatero realizó una pésima gestión de la crisis, y además se sometieron al silencio las voces críticas. Incluso se eliminaron los estudios de Historia Económica de España de los planes de estudio de Administración de Empresas. Ahora bien, de golpe los ciudadanos españoles han aprendido Economía y "no es muy problable que se dejen embaucar por encantadores de serpientes." Se han batido varias marcas históricas: récord de déficit público en % del PIB, récord de desempleo, récord de déficit exterior. Y además la Seguridad Social está en déficit. Frente a eso, Alemania está en una tasa de paro del 6,6%, la más baja desde su reunificación. No es una crisis mundial. El plan E de Zapatero no sirvió para mejorar la competitividad; y, como el dinero ni se crea ni se destruye, lo que hizo fue cambiar de manos. La exportación es muy baja y depende de un par de comunidades autónomas. Adquirimos toda la tecnología en el exterior, pero no tenemos nada que vender. Se debe todo lo invertido en el exterior, por lo que mandan los inversores (acreedores), y éstos exigen la reducción del déficit.
¿A quién ha beneficiado todo esto? "Muchos se han llenado los bolsillos y otros muchos han encontrado puestos de trabajo de por vida que no sirven para nada. Construyendo, financiando, administrando y, sobre todo, gobernando."
El remedio consiste en apretarse el cinturón, pagar las deudas, gastar sólo en lo que tenga retornos seguros, dejar de hacer subastas por el voto, crear un mercado de trabajo, reformar el sistema financiero. Los gobernantes deben someterse al Código Penal y las instituciones tienen que ser transparentes. Las recetas keynesianas no sirven porque sólo traerían un aumento de las importaciones, lo que supone más déficit exterior y público, más ruina. Si el actual Gobierno no cumple, en tres o cuatro meses los mercados, el FIM o Merkel lo pondrán en la calle. "Lo sucedido no debe repetirse jamás."
Maluquer de Motes, Jordi. "España en el país de las maravillas". El País, 19/02/2012. Negocios, páginas 28-29.
No se trata de una crisis mundial, ni de una recesión, sino de la tercera gran depresión en España (y probablemente de Latinoeuropa). La primera en 1881-1896, la segunda en 1929-1939 y la tercera desde 2007.
Los últimos 15 años no se ha hecho otra cosa que cantar las maravillas de España, pero ha sido un crecimiento ficticio. Aunque aumentara el PIB, el crecimiento del PIB por habitante apenas superaba al de la UE15 hasta 2004, y estaba por debajo desde 2004. Pero además, aquel crecimiento era menor que la ayuda que se recibía de la UE (Alemania y otros europeos del norte), nada menos que un 1% anual entre 1996 y 2006: la mayor operación de solidaridad de la historia, más que el Plan Marshall.
¿Qué se hizo con esa ayuda? Infraestructuras inútiles y excesos que condujeron a la explosión de una burbuja inmobiliaria que estamos lejos de digerir. Pese a las ayudas se deterioró la productividad relativa UE27 hasta 2005, y ahora ha mejorado sólo porque ha empeorado la europea; y ni siquiera se tiene ancho de vía europea para facilitar exportaciones.
El Gobierno de Zapatero realizó una pésima gestión de la crisis, y además se sometieron al silencio las voces críticas. Incluso se eliminaron los estudios de Historia Económica de España de los planes de estudio de Administración de Empresas. Ahora bien, de golpe los ciudadanos españoles han aprendido Economía y "no es muy problable que se dejen embaucar por encantadores de serpientes." Se han batido varias marcas históricas: récord de déficit público en % del PIB, récord de desempleo, récord de déficit exterior. Y además la Seguridad Social está en déficit. Frente a eso, Alemania está en una tasa de paro del 6,6%, la más baja desde su reunificación. No es una crisis mundial. El plan E de Zapatero no sirvió para mejorar la competitividad; y, como el dinero ni se crea ni se destruye, lo que hizo fue cambiar de manos. La exportación es muy baja y depende de un par de comunidades autónomas. Adquirimos toda la tecnología en el exterior, pero no tenemos nada que vender. Se debe todo lo invertido en el exterior, por lo que mandan los inversores (acreedores), y éstos exigen la reducción del déficit.
¿A quién ha beneficiado todo esto? "Muchos se han llenado los bolsillos y otros muchos han encontrado puestos de trabajo de por vida que no sirven para nada. Construyendo, financiando, administrando y, sobre todo, gobernando."
El remedio consiste en apretarse el cinturón, pagar las deudas, gastar sólo en lo que tenga retornos seguros, dejar de hacer subastas por el voto, crear un mercado de trabajo, reformar el sistema financiero. Los gobernantes deben someterse al Código Penal y las instituciones tienen que ser transparentes. Las recetas keynesianas no sirven porque sólo traerían un aumento de las importaciones, lo que supone más déficit exterior y público, más ruina. Si el actual Gobierno no cumple, en tres o cuatro meses los mercados, el FIM o Merkel lo pondrán en la calle. "Lo sucedido no debe repetirse jamás."
Maluquer de Motes, Jordi. "España en el país de las maravillas". El País, 19/02/2012. Negocios, páginas 28-29.
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