El narrador tiene 52 años y vuelve a Viena tras 25 años de ausencia. Una vieja amiga de entonces se ha quitado la vida. Ante su tumba coincide con los Auersberger, una pareja de viejos conocidos que lo invitan a una cena del mundo del arte esa misma noche. Se arrepiente de haber aceptado la invitación. Todos llegaron en los años 50 a Viena para hacer carrera. Los conoce, los conoció, sabe quiénes son. En los prolegómenos de la fiesta los observa de nuevo. Son “pérfidos onanistas sociales”. Las palabras proferidas por un actor le resultan reveladoras: "Wald, Hochwald, Holzfällen, das ist es immer gewesen". "Bosque, bosque alto, talar la leña, así ha sido siempre". Ya antes se fue, y cree que no tendría que haber aceptado la invitación, odia a esta gente, odia la ciudad, su gente de entonces, su ciudad de entonces, que siempre será su gente y será su ciudad, y al final de la noche sabe que tiene que escribir enseguida sobre esa cena del mundo del arte antes de que sea demasiado tarde.
Antes de empezar siquiera a relatar esa cena, que es una mirada sobre el ser humano “cultivado”, Thomas Bernhard dispone una cita en el frontispicio, la única entre las más de trescientas páginas llenas de un estilo de virtuosas repeticiones y variaciones, como si del famoso Gould de las Goldberg se tratara:
“Da ich nun einmal nicht imstande war, die Menschen vernünftiger zu machen, war ich lieber fern von ihnen glücklich.”
Voltaire.
"Siendo así que no fui capaz de hacer más sensatos a los seres humanos, preferí ser feliz lejos de ellos".
Tras la publicación de Holzfällen en 1984, un tribunal de Viena prohibió su venta en Austria a causa de una querella de la pareja Lampersberg que consideró que el autor se refería a ellos mediante los Auersberger. La prohibición se levantó en 1985. El ánimo de Bernhard se puede observar en el siguiente video en el que califica de caótico al Estado austríaco:
Antes de empezar siquiera a relatar esa cena, que es una mirada sobre el ser humano “cultivado”, Thomas Bernhard dispone una cita en el frontispicio, la única entre las más de trescientas páginas llenas de un estilo de virtuosas repeticiones y variaciones, como si del famoso Gould de las Goldberg se tratara:
“Da ich nun einmal nicht imstande war, die Menschen vernünftiger zu machen, war ich lieber fern von ihnen glücklich.”
Voltaire.
"Siendo así que no fui capaz de hacer más sensatos a los seres humanos, preferí ser feliz lejos de ellos".
Bernhard, Thomas. Holzfällen. Frankfurt a.M.: Suhrkamp, 1984. (Versión en castellano de Miguel Saénz. Tala. Madrid: Alianza Editorial, 2007)
Tras la publicación de Holzfällen en 1984, un tribunal de Viena prohibió su venta en Austria a causa de una querella de la pareja Lampersberg que consideró que el autor se refería a ellos mediante los Auersberger. La prohibición se levantó en 1985. El ánimo de Bernhard se puede observar en el siguiente video en el que califica de caótico al Estado austríaco:
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