domingo, 28 de noviembre de 2010

Irlanda: Bancarrota necesaria (FEDEA)

Los expertos Fernández-Villaverde, Garicano y Santos, miembros de FEDEA, rechazan el plan de rescate para salvar a Irlanda de la bancarrota de sus bancos. Lo interesante de la posición que mantienen en el artículo que comentamos es que se sitúan en el aspecto esencial del problema económico, entran en los fundamentos, en el asunto filosófico. Señalan que el plan de salvamento es intelectualmente erróneo e inútil porque, entre otras cosas, socava los cimientos fundamentales del sistema económico. Según afirman, la economía de mercado se basa en la responsabilidad; esto es, en las ganacias, cuando se acierta, y en las pérdidas, cuando no es así. Dado que en el caso de Irlanda no se quiere que los acreedores de los bancos irlandeses pierdan dinero tras su libre opción de haber confiado en dichos bancos, se procede a una "socialización de las pérdidas" (sic) que va a recaer en el contribuyente irlandés. Lo que les preocupa a los autores no es que los irlandeses vayan a tener salarios más bajos o perder puestos de trabajo, especialmente los funcionarios, medidas que consideran aceptables en sí mismas; sino que les preocupa la subversión del principio de la economía de mercado antes citada, porque conducirá a futuros problemas, como por ejemplo que Irlanda se declare en quiebra cuando tenga superavit. Por eso creen que sería mejor destinar la ayuda a la reestructuración de la deuda garantizando sólamente los depositos bancarios y dejando que los acreedores sufrieran las pérdidas oportunas.
Fernandez-Villaverde, Jesús; Garicano, Luis; Santos, Tano. "La bancarrota necesaria". El País, 28/11/2010, economía, página 25.

En relación con este asunto resulta obvio que en los viejos países industrializados, de momento todavía no en los emergentes, el modo de vida de los últimos decenios ha sido inspirado, desde el punto de vista económico, por las siguientes premisas, entre otras:
1. El principio de la economía libre de mercado.
2. El principio de que el endeudamiento es una buena praxis económica.
Respecto del primer punto, siendo críticos, hay que decir que la aplicación ha sido limitada puesto que la mayor parte de los ciudadanos ven su vida económica como algo intensamente gravado y regulado en los mencionados países,; y, sin embargo, ese gravamen y regulación nunca han alcanzado a la cumbre del mercado, allí donde los fondos de inversión organizados conforman lo que podríamos llamar un capitalismo de casino permanente, dado que la ruleta está abierta las veinticuatro horas del día, conforme el globo terráqueo gira desde Tokyo hasta New York, pasando por London. En esta cúspide de la pirámide del mercado apenas ha habido presión fiscal y regulación. De hecho algunos grupos de opinión, como ATTAC, han sido críticos con esa situación. La posición de los grandes inversores ha sido poco más o menos la siguiente: "Para dinamizar la economía y crear puestos de trabajo, el dinero está mejor en nuestras manos que en las del Estado, porque nosotros sabemos lo que hay que hacer mejor que nadie." Por otro lado, la regulación teóricamente redistributiva que significan los impuestos finalmente se aplica en su mayoría a las rentas del trabajo, por lo que los grandes servicios públicos son soportados por estas rentas. Esto constituye una injusticia social por la inmoralidad que supone la adopción de un principio que no se aplica con carácter universal. Los miembros de FEDEA, en coherencia con aquel principio, defienden que asuman las pérdidas aquellos cuya libre inversión no ha sido acertada, porque es el núcleo del principio de la economía de libre mercado. Si el mercado es intervenido para socializar las pérdidas, entonces temen que quepa otra opción también; a saber, someter el casino al imperio de los impuestos y la regulación. Ahora bien, piensan los que no han hecho inversiones acertadas, ¿y si hubieramos encontrado el camino de socializar las pérdidas sin socializar las ganancias? No sabemos de los límites de la codicia, y probablemente tampoco sabemos demasiado acerca de los límites de la tolerancia del ser humano.
Respecto del segundo punto, la sociedad entera ha practicado el endeudamiento. Las personas han contraido deudas para disfrutar inmediatamente de los bienes, obteniendo en préstamo un capital del que no se disponía pero que confiaban poder pagar a plazos. El crecimiento de la economía llevaba aparejada una cierta inflación y un mayor crecimiento de los salarios, de tal modo que endeudarse era una buena operación financiera. Para las empresas no era posible vivir sin financiación, esto es, sin deuda. Si la empresa crece, la financiación es mayor, porque mayor financiación permite crecer más. Los bancos facilitaban los préstamos aumentando sus cuentas de resultados. Como las autoridades monetarias no les exigían sino una pequeña garantía por los depósitos, podían emprender operaciones rentables más allá del negocio bancario, por ejemplo en el sector inmobiliario (USA, Irlanda, España...), contando también con la emisión de obligaciones, es decir, con los inversores, lo que no es sino endeudamiento. Así, las entidades de crédito se expandían, diversificaban sus áreas de negocio y crecían de tamaño, lo que les permitía ampliar instalaciones y personal. Los representantes políticos electos de los gobiernos locales, regionales y estatales, no han sido nada ajenos a este modo de hacer. Seducían a sus electores embarcándose en grandes proyectos y con el aumento del tamaño de las respectivas administraciones (más y mejores instalaciones, más contratados y funcionarios) y para ello nadie observaba ningún inconveniente en endeudarse a través de las entidades financieras y/o los mercados. Así pues, en los viejos países industrializados, casi todo el mundo se ha endeudado. Pocos se han atrevido a ver en esto un problema. Por lo que en realidad apenas nadie se atreve a ejercer la crítica.
Bertrand Russell, inspirado en David Hume, nos explicaba que la conditio humana se basa en la costumbre. La costumbre se basa en la repetición de un evento. De ahí nace nuestra noción de "causalidad". Observamos la repetición de eventos y establecemos una conexión entre ellos por la fuerza de la costumbre. Si la repetición es sistemática incluso podemos ver una "conexión necesaria" entre el evento que llamamos "causa" y el que llamamos "efecto". Russell nos recuerda que esa "conexión necesaria" es la misma que ve la gallina cada día cuando llega el granjero a traerle la comida, incluso el día en que aquel viene a convertirla en su propio sustento. La costumbre nos haría considerar como "conexiones causales necesarias" lo que en realidad sólo serían "creencias" basadas en la costumbre. En suma, para los seres humanos, como tal vez para las gallinas, la "creencia en la uniformidad de la naturaleza" sería imprescindible. ¿Cómo no voy a creer que mañana el sol seguirá saliendo y que yo estaré vivo?
Nos basamos en costumbres y en ellas se basan nuestras creencias, que convertimos en leyes, que a veces consideramos "necesarias". Lo interesante de la noción de causalidad es que a través de ella anticipamos los hechos. Como siempre ha ocurrido así, pensamos que seguirá ocurriendo así. Si en un partido de fútbol americano, por ejemplo en Texas, iniciado el lance del juego, el quarter back se pasea hacia las líneas adversarias en lugar de correr, los defensores quedan desconcertados porque nunca ha ocurrido así. Han anticipado unos hechos, pero se producen otros. Esto es el desconcierto. No está previsto en la base de nuestra costumbre que se produzcan otros hechos... Pero por más que creamos con todas nuestras fuerzas que no puede ocurrir de otro modo, si se trata de un fenómeno causal basado en nuestra costumbre, toda esa energía que se deposita en creerla con vigor absoluto no impide que realmente se puedan producir otros hechos inesperados; que el quarter back no corra sino que pasee, que el sol no salga mañana, que yo no esté vivo... Por más improbable que nos parezca.
Las personas que se endeudan han observado a su alrededor y practican las costumbres, confían que todo seguirá igual y que devolverán sus deudas. Incluso si algo sale mal, puede que el Estado asuma la responsabilidad... Lo mismo hacen las empresas, los bancos, los gobiernos... Todo seguirá igual, no hay previsión de que pueda ser que un día ocurra algo diferente. Es improbable. Puede que, a lo sumo, alguien, en un momento de lucidez, piense que sea posible algún cataclismo que modifique el curso de las cosas, pero lo más probable es que ese alguien vaya más allá y se pregunte por qué, mientras que no acontezca el cataclismo, no podemos disfrutar de que no ocurra. Así se fragua el "optimismo", que también ha estado presente en los últimos decenios. Si alguien formula alguna posición tímidamente escéptica, entonces es un "pesimista". Optimismo y pesimismo se convierten en armas arrojadizas en las que no parece haber término medio. Sólo hay dos términos del dilema: O alguien manifiesta que todo irá a mejor, o de lo contrario queda catalogado en el ámbito de los que piensan que todo irá a peor. Parecería que examinar lo que ocurre objetivamente ya no es posible, puesto que todo es subjetivo.
Sin embargo, volviendo a lo que nos ha movido la reflexión, la crisis económica, he aquí que lo que antes era una conexión causal, una sucesión de eventos casi conectados necesariamente, un cúmulo de confianzas basadas en todos los datos de la experiencia y sostenidas por los mayores índices de probabilidad casi absoluta, ocurre que todo aquello ahora no es visto más que como el producto de una simple burbuja que ha estallado...
Y ahora los deudores están en manos de los inversores, que quieren obtener más por sus préstamos... ¿Tienen capacidad de reacción las gallinas?

viernes, 26 de noviembre de 2010

Torreblanca: Alemania y España

José Ignacio Torreblanca analiza con lucidez la más reciente historia de las relaciones entre España y Alemania. Cuando la relación ha sido de cooperación, les ha ido bien a ambos socios; cuando ha faltado la cooperación, le ha ido mal a España. Propone reorientar la agenda diplomática hacia Berlín.
Torreblanca, José Ignacio. "Modelo, socio, rival." El País, internacional, página 4.

martes, 23 de noviembre de 2010

García Reche: Educación

En estos tiempos en los que a algunos les parece que la educación es el remedio inmediato para todos los males, Andrés García Reche nos aguijonea con algunas opiniones.
Alejandro Dumas:  
  • No llego a comprender por qué siendo los niños tan inteligentes, los adultos son tan tontos.
Molière:  
  • Un tonto ilustrado es más tonto que un tonto ignorante.
Analote France:  
  • Entonces, como no estudiaba nada, aprendía mucho.
Los doctos miembros de la Congregación Romana que juzgó a Galileo:  
  • La doctrina de que la Tierra ni es el centro del universo, ni está inmóvil, sino que se mueve, incluso con una rotación diaria, es absurda y falsa, tanto filosófica, como teológicamente, y es, cuando menos, un error de fe.
García Reche, Andrés. "Educación". El País, 23/11/2010. Comunidad Valenciana, página 8.

sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Quién es Jorge Semprún?

Tras una primera visita emocionada a Buchenwald, volví de nuevo en el verano de 2007 acompañado de unos buenos amigos, con los que también pude compartir una siesta en el parque junto al Ilm y la Gartenhaus de Goethe, así como la obligada cena en el Elephant de la Marktplatz, cuyas paredes hablan tanto de Goethe como de Thomas Mann y su Lotte in Weimar, así como de Hitler y del oficial Albert Rosenberg, judío alemán del ejército del general Patton, que liberó Buchenwald en abril de 1945. Semprún se encarga de recordarnos que, después de 1945, el campo de concentración de Buchenwald serviría también como nuevo lugar de reclusión para los elementos "asociales" del bloque comunista. Es por eso que los libros de Semprún nos llevan una y otra vez a Weimar, que a su juicio concentra en las colinas del Ettersberg la expresión de los dos últimos grandes totalitarismos vividos en Europa.
Tras el emocionado encuentro con la Appellplatz de la primera visita, en la segunda me dejé llevar por la biblioteca del campo y también por la librería, con la fortuna de que en esta última caería en mis mamos Mal et modernité: Le travail de l'histoire. Me apresuré a leerlo en un trayecto en tren desde Köln a Stuttgart. El tiempo de un suspiro. El texto había sido leído en la Sorbonne por Semprún, en 1990, en el marco de las conferencias Marc Bloch. Recientemente mi hermano me ha hecho llegar el nuevo volumen de Semprún que lleva por título Une tombe au creux des nuages, título que hace referencia a un artículo que había sido incluido en aquel volumen encontrado en Buchenwald, y que es el discurso que Semprún pronunció en Frankfurt a.M. el 9 de octubre de 1994, con ocasión de la recepción del Friedenpreis de los libreros alemanes. En esas fechas me encontraba en Alemania con ocasión de un programa de intercambio de profesores. Por casualidad, atónito, escuché el discurso en la radio, petrificado. No sabía quien estaba hablando. Sólo al final el locutor identificó para los oyentes alemanes al autor y los motivos del acto, al tiempo que presentó Schreiben oder Leben. Ese fue el redescubrimiento de Semprún, no ya como político sino como escritor, lo que me convirtió en su atento lector.
El nuevo volumen de Climats, Une tombe au creux des nuages, es una recopilación de conferencias y artículos. Comienza con "L'arbre de Goethe; Stalinisme et fascisme", conferencia de 1986, que entrevé la necesidad de una reunificación de Alemania más como fruto del progreso de la democratización en Europa que como fruto de una paz perversa. Ante la Universidad de Tel-Aviv pronuncia en 1989 el discurso titulado "De la perplexité a la lucidité", tomando como excusa al cordobés Maimónides, de la mano de Alicia Axelrod, y reformulando la cuestión de "¿Qué significa ser judío después de Auschwitz?", por la más implacable de "¿Qué significa ser judío tras la muerte de Dios?". Contiene también el discurso "L'expérience du totalitarisme", pronunciado en 1996 ante la dirección del SPD, en el que se resiste a hablar del totalitarismo como un ciclo histórico que se cierra sobre sí mismo, replegado en Hitler y Stalin, sino que más bien lo prefiere considerar como una experiencia de la que hay que extraer lecciones para el futuro, especialmente en una Europa en la que el envejecimiento de la población, la revolución tecnológica y las crisis del capitalismo generan muchos problemas que siguen sin tener alternativas... Contiene el volumen también otros muchos escritos, siempre interesantes y con destellos de lucidez que hacen muy recomendable su lectura.

Semprún, Jorge. Mal et modernité. Climats. Paris, 1995.
Semprún, Jorge. Une tombe au creux des nuages. Climats. Paris, 2010.

Comentario de José María Ridao a propósito del siguiente estudio sobre Jorge Semprún:
Augstein, Franziska. Lealtad y traición. Jorge Semprún y su siglo. Trad. Rosa Pilar Blanco. Tusquets. Barcelona, 2010.
Ridao, José María. "¿Quién es Jorge Semprún?". El País, 20/11/2010. Babelia, página 10.


jueves, 18 de noviembre de 2010

Gammelin: Mentiras en tiempos de crisis

Cerstin Gammelin analiza desde la perspectiva alemana las comunicaciones ofrecidas a los ciudadanos a propósito de la actual crisis financiero-económica. Observa que los responsables económicos de la Comisión Europea, y también los de los Estados miembros, afirmaban seriamente hace unas semanas que los bancos europeos, con alguna mínima excepción, habrían superado la crisis; pero con el actual caso irlandés vemos que no era cierto, y en cambio los mismos afirman ahora abiertamente la necesidad de aplicarse al salvamento de los bancos irlandeses. Habían afirmado que Irlanda no habría tenido problemas, si hubiera tenido el valor de dejar caer alguno de sus bancos y de hacer pagar a accionistas e inversores los costes de la misma; pero se ve claramente que los mismos que afirmaban tal cosa son los que apoyan ahora el paquete de salvamento, puesto que en realidad serían ellos mismos los que pagarían aquella caída: inversores británicos, franceses y alemanes...
Se pregunta Gammelin cómo se puede confiar en unos responsables políticos que mienten tanto. Cree que en realidad lo que les falta es el valor de cumplir su promesa de exigir a los bancos la reserva de más capital propio para asegurar sus negocios.
Gammelin, Cerstin. "Lügen in Zeiten der Krise". Süddeutsche Zeitung, 17/11/2010.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Gómez Pin: Filosofía y educación de la humanidad

Víctor Gómez Pin nos recuerda que se celebra el día mundial de la filosofía (instituido por la UNESCO en 2002 para celebrarse el tercer jueves del mes de noviembre). Gómez Pin aprovecha la ocasión para reflexionar de nuevo sobre aquello que hace de la filosofía un saber específico y a la vez universal. Tras recurrir a la la vieja idea aristotélica de que es precisamente nuestro deseo de conocimiento lo que nos hace específicamente humanos, señala que los saberes tanto del arte como de la ciencia están abocados a reflexiones que los sobrepasan y que se sitúan en la especificidad filosófica. En razón de su pretensión de universalidad, presente en cada uno de nosotros y en cada uno de los saberes, la filosofía tendría una función "educadora de la Humanidad", lo que se compadece mal con su escasa presencia en la formación básica de los ciudadanos. A juicio de Gómez Pin esto es así a causa de que hoy el primer imperativo es el de la lucha material por la subsistencia, lo que aleja la posibilidad de una educación general conforme a la exigencia filosófica, de ahí su crítica a todo lo que coarta la riqueza espiritual del ser humano.
Gómez Pin, Víctor. "Filosofía y educación de la humanidad". El País, 17/11/2010; opinión, página 27.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Berggruen: Sistema político de California

Nicolas Berggruen nos relata la situación de California, un Estado que no funciona y que está prácticamente en quiebra: Deudas enormes, empleos inestables, escuelas pésimas, se dedica más dinero para prisiones que para la universidad, infraestructuras medio desmoronadas. Pone de manifiesto que lo que antes era patrimonio de California, ahora es precisamente lo que hace de China un país que toma la delantera: Reservas inmensas, impulso educativo, infraestructuras eficientes, red rápida de ferrocarriles, impulso de energía solar y de tecnologías limpias.
Berggruen ha contribuido a crear un "Comité de ideas a largo plazo para California" con la esperanza de que "mientras el resto de Estados Unidos está en pleno colapso, California, al menos, esté preparándose para 'reiniciarse'". Cree que si las sociedades democráticas no salen de su estancamiento actual, caminan por una trayectoria de desaparición. Precisa que "la raíz de los fallos está en un sistema de gobierno en descomposición que, año tras año, no genera prácticamente nada más que bloqueos sectarios y déficit cada vez mayores." Su Comité está estudianto las reformas que habría que hacer:
- Modificar los límites de los mandatos legislativos.
- Modificar el sistema de iniciativas populares (del que se abusa para aprobar gastos sin tener fuente de financiación).
- Crear un "fondo para tiempos difíciles", que combata la volatilidad presupuestaria.
- Crear un nuevo sistema tributario, que se apoye menos en el impuesto sobre la renta y más sobre los ingresos netos de la empresa.
- Descentralizar los poderes y responsabilidades del Estado a las comunidades locales.
- Incorporar en la gobernanza la perspectiva a largo plazo a través de un Consejo estratégico, dedicado a sectores de vanguardia, calidad de la educación, energías limpias.

Berggruen, Nicolas. "Cartas desde California". El País, 14/11/2010; opinión, página 35.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

domingo, 7 de noviembre de 2010

Houellebecq: La carte et le territoire

En La carte et le territoire, Michel Houellebecq no es ya el incendiario enfant terrible de la literatura francesa, salvo por la polémica acerca del presunto plagio de la wikipedia. Aparte de ese tipo de asuntos, lo que me parece más interesante de esta nueva ficción son al menos dos elementos relacionados entre sí:
1. La desafección de los personajes principales respecto del mundo humano. Es como si ese mundo hubiera terminado para ellos, aunque ellos no hayan terminado para él.
2. El segundo elemento interesante tiene que ver con que los personajes principales son
el artista plástico Jed Martin, y el otro, curiosamente, es el propio escritor Michel Houellebecq. A través de ellos se plasma una reflexión acerca del arte, de la creación artística y de su recepción. Son creadores de éxito cuya producción se desarrolla precisamente en aquel alejamiento de la humanidad al que aludíamos en el primer punto.
Houellebecq, Michel. La carte et le territoire. Flammarion, Paris, 2010.


En este mismo blog:
P.S.:
Según Le Monde, 08/11/2010, Houellebecq recibe el premio Goncourt por La carte et le territoire.





Michel Houellebecq — La carte et le territoire 1 (Mediapart)
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Michel Houellebecq — La carte et le territoire 2 (Mediapart)
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Michel Houellebecq – La carte et le territoire 3 (Mediapart)
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Michel Houellebecq – La carte et le territoire 4 (Mediapart)
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Michel Houellebecq – La carte et le territoire 5 (Mediapart)
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Michel Houellebecq – La carte et le territoire 5 (Mediapart)
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Michel Houellebecq – La carte et le territoire 7 (Mediapart)
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Michel Houellebecq
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Exclusif- Houellebecq: «Ce n'est pas moi qui me suis assagi»
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