domingo, 4 de abril de 2021

Stephanie Kelton: El mito del déficit

 

Stephanie Kelton defiende la aplicación de la Teoría monetaria moderna (MMT) para alcanzar una Economía de la gente (People's Economy).
La idea de la MMT ha sido criticada por Paul Krugman, y hay un vivo debate con Stephanie Kelton a través de artículos de prensa y publicaciones.
En esencia, Kelton defiende que el déficit público no debería ser un límite para el gasto público, sino más bien el control de la inflación, para lo cual no necesariamente hay que contener el déficit público. Cree que mayores déficits públicos pueden facilitar recuperaciones más rápidas y fuertes evitando, además, las grandes pérdidas para las personas y las familias.
Kelton restringe la aplicabilidad de la MMT a aquellos países con soberanía monetaria. No todos los países tienen el mismo grado de soberanía monetaria. Según Kelton los países con un alto grado de soberanía monetaria son aquellos que gastan, imponen impuestos y piden prestado en su propia moneda, que es no convertible y tiene un tipo de cambio flotante. "No convertible" significa que el Estado no promete convertir la moneda propia en oro o en una divisa extranjera a un precio fijo. Así, podemos considerar que los siguientes países tienen soberanía monetaria: USA, UK, Japón, Australia, Canada y China. Sin embargo países como Ecuador y Panama apenas tienen soberanía monetaria porque sus sistemas monetarios están diseñados alrededor del dólar, que es una moneda cuyos gobiernos no pueden emitir. Otros países, como Argentina o Venezuela, pueden emitir sus propias monedas, pero piden prestado mucho en dólares, lo que limita su soberanía monetaria. Los 19 países que operan con el Euro también carecen de soberanía monetaria porque han transferido la autoridad de emisión monetaria  al Banco Central Europeo.
Kelton defiende que si no se aumenta más el déficit público, cuando esto ayudaría más a la economía, es porque existen una serie de mitos económicos que es necesario desterrar, a cuya tarea destina el presente libro.
 

He aquí, en resumen, los principales mitos que quiere desmontar con su libro y algunas de las razones que presenta para ello:
 

1. El presupuesto público funciona como el de una familia.
Cree que este pernicioso mito es falso porque mientras el Estado puede emitir moneda, las familias no pueden hacerlo. El Estado no depende de ingresos como impuestos o pedir prestado para financiar sus gastos, sino que la principal restricción para el gasto público es la inflación.


2. El déficit público es la evidencia del gasto excesivo.
Señala que hemos escuchado a los políticos lamentarse del déficit como prueba de que el Gobierno ha vivido por encima de sus posibilidades. Esto es un error. Si un Gobierno gasta 100$ en la economía pero recauda 90$ en impuestos, se dice que hay un déficit público. Pero esta es una mirada parcial. Si se han gastado 100$, en alguna otra parte de la economía están los otros 10$. La evidencia del exceso de gasto está en la inflación, no en el gasto.


3. El déficit público es una carga para la siguiente generación.
Indica que se dice tal cosa porque se afirma que las generaciones futuras tendrán que pagar lo gastado. Cree que la historia muestra que es falso, y pone como ejemplo que en USA el déficit ascendió al 120% del PIB tras la segunga guerra mundial, cuando se creó la clase media, con aumentos de sueldos, y lo que ocurrió fue que la siguiente generación disfrutó de mayores niveles de vida sin sufrir la carga de mayores impuestos. Ni un mayor déficit hará a las siguientes generaciones más pobres, ni tampoco un menor déficit las hará más ricas.

4. El déficit es dañino porque reduce la inversión privada y socava el cremiento a largo plazo.
Este mito descansa, según la autora, en la falsa suposición de que para financiar su déficit el gobierno tiene que competir con otros tomadores de préstamos para acceder a un limitado suministro de ahorros. Así, la idea es que el gobierno consume dinero que de otro modo se invertiría en esfuerzos del sector privado que promueven la prosperidad a largo plazo. Kelton quiere demostrar que es verdad justamente lo contrario: Los déficits públicos incrementan los ahorros privados y se acumulan en inversión privada.

5. El déficit público hace a USA dependiente de extranjeros. 

Este mito nos hace creer que países como China y Japón tienen gran influencia sobre USA porque disponen de grandes cantidades de deuda pública de USA. Kelton quiere mostrar que eso es una ficción utilizada por políticos como excusa para ignorar programas sociales con necesidad de apoyo económico. El mito ignora que el dólar no se origina en China, sino en USA; quien no está realmente pidiendo prestado a China más que lo que está suministrando con dólares y entonces permitiéndoles comerciar con aquellos dólares a través de un seguro interés llamado Tesoro de los USA. En realidad USA puede pagar inmediatamente la deuda con sólo pulsar una tecla.

6. Los subsidios nos propulsan a la crisis fiscal a largo plazo.
En este caso, los culpables son la seguridad Social y los sistemas públicos de salud. Kelton quiere mostrar que esta manera de pensar es errónea, que no hay ninguna razón para realizar recortes en los sistemas de seguridad social y de salud, porque el Estado nunca podrá quedarse sin dinero. En lugar de concentrase en dichos recortes, los políticos deben dedicarse a gestionar los recursos para desarrollar más sostenibles métodos de producción frente al cambio climático.
 

Stephanie Kelton (Bell): The Deficit Myth. 2020, New York, Public Affairs Hachette Book Group.

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